Perdon profe...

Deseo re publicar un cuento que escribí en el 2003, cuando mis deseos de escribir no se veían afectados por los estudios y no como ahora que se ven afectados por el trabajo.
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Perdon Profe...

Perdón profe... es que esa no me la se ¿Me puede cambiar la pregunta?... ¿No?... que le responda esa, bueno, entonces... ¿Me la repite?... ¿Cómo que?... Pues vera, yo me leí el libro, pero esa parte no la recuerdo, de pronto es que usted tiene otra edición... ¿Qué usted es el autor y no hay otro? Vea pues como es de pequeño el mundo, ¿Y demoro mucho haciéndolo?... ¿No demoro? A que bien... ¿Cómo?... ¿Que no le cambie el tema dice? No profe no le cambio el tema, lo que pasa es que es de admirar una obra como esta y mas aun si esta escrita por usted, se nota el arduo trabajo y el deseo de enseñar... ¿Qué le responda ahora? Tranquilo profe, no me apure que del afán solo queda el cansancio... ¿Cómo así que tengo cero? Pero si usted no me a dejado hablar, siempre me interrumpe, me parece injusto... No señor, yo no estaba haciendo tiempo para que sonara la campana de recreo ¿Cuál campana?... Ahhh esa campana, no sabia que ya fuese tan tarde, pero si ve, es que su clase es tan buena que el tiempo pasa volando, mejor dejemos así y mañana le respondo... ¿Como?... ¿Qué aun así tengo cero?... esta bien profe usted gana, pero hagamos un trato, le cambio esos tres ceros por un dos... ¿Como?... ¿Qué me vaya del salón?... esta bien, pero recuerde que alumnos como yo ya no quedan y que la calidad académica no se improvisa... Vamos a ver si mi hermana sale con usted ahora que le cuente esto... ¿Qué que?... ¿Qué me quede?... ¿Qué pone el cinco?... Ahora si nos entendemos, pero recuerde que aun así quedan otros dos ceros