hay mas o menos unos 15 minutos, el metro estaba a reventar, pero a pesar de eso en el vagón en el que estaba el silencio era casi obligatorio, nadie hablaba en voz alta, todos murmuraban como cuando uno esta en una iglesia o como si todo lo que se tuviese que contar fuese un secreto, el Metro avanzaba hasta la zona y el paisaje cambiaba a cada tramo, las primeras dos estaciones estaban rodeadas de edificios, de oficinas y de negocios, luego llegamos al río y con el llegaron imágenes tristes, casas construidas a pedazos pero todas igual de pobres, niños jugando cerca a un sucio y contaminado rió, se veía el humo de la contaminación, los caños y las tuberías y todos los elementos que se conjugan para decir en silencio que Medellín también tiene un lado feo, que no todo son mujeres lindas y lujosos apartamentos, que no todo es moda y fashion. Al llegar a la estación entramos en una de las cabinas, el recorrido nos lleva por encima de las llamadas comunas de Medellín, todos los techos se mezclaban y se veían como retazos, pasamos sobre casas y no podía dejar de pensar en las historias que ahí se vivían, y a pesar de lo que se ve en las noticias y lo que nos narran algunas películas, en el fondo pensaba que no todo era cierto y que no había tanta violencia como muestran. En la cabina habíamos unas 6 personas y el silencio seguía siendo ley, eso era algo incomodo. Al llegar a la parte más alta se ve una Medellín inmensa, y de nuevo mi curiosidad me invadió y me dieron ganas de conocer todas y cada una de las historias que se llevan a cabo en Medellín, es una mala costumbre que tengo que dejar algún día. De nuevo en el Metro un carnaval de rostros y expresiones se estrujaban para entrar en los vagoncitos, eran casi las 5:30 Pm y todo el mundo salía para sus casas, nos bajamos y empezamos un pequeño recorrido en carro pero mi mente estaba aun centrada en inventar historias sobre las laderas de Medellín, solo hasta unos minutos después la defensa trasera de un bus me llamo la atención, era la primera vez que veía un afiche del Sagrado Corazón pegado a la carrocería externa de un bus, eso solo me demostraba que en el Pais Paisa la fe también tiene sus raíces bien adentro. La noche estaba fría pero aun así salí con Alejo, un amigo del Clan de juego y en pocas palabras es un vacan. Lo unico malo es que
SoundTrack: “Todo de cabeza” de Kalet Morales. (Esa canción se la dedico una niña a Alejo y sono como 4 veces la jodida canción).
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